Comencemos por mencionar que tan solo horas después de su lanzamiento, esta producción ya había sido galardonada con 7 discos de platino, y que hasta el momento de esta nota, la suma de sus temas ya superaba los miles de millones de escuchas, convirtiéndola en un éxito indiscutible. Sin embargo, a pesar de estos logros, esto es lo que tenemos para decir:
Luego de 7 largos años de espera, finalmente pudimos conocernos cara a cara con la nueva producción de Shakira. Un disco nacido del dolor causado por la ya archiconocida infidelidad de Gerard Piqué y desencadenante del rompimiento de la pareja.
A medida que comenzaban a conocerse detalles de este ansiado disco, fueron muchos los rumores que indicaban que podría tratarse de un regreso a ese pop/rock que catapultara a Shakira al estrellato unos treinta años atrás. Sin embargo, cada uno de los sencillos que iban apareciendo, nos daban la pauta de que se trataría de una variada mezcla de géneros y estilos.
Por otro lado, el éxito indiscutible de su sesión #53, con el productor argentino Bizarrap, al igual que su colaboración con Karol G en ‘TQG‘, parecían asegurar una placa salpicada de potenciales hits, para todos los gustos y colores.
Descontando esos y otros cortes lanzados por adelantado, nos faltaba conocer ocho temas inéditos de los 17 que conforman la producción, y aunque fuimos al encuentro de ellos con toda la ilusión de hallar allí esos temas que, incansablemente pondríamos en ‘repeat’ durante los próximos meses, nos topamos con un contenido que nos dejó un sabor un tanto ‘agridulce’.
‘Puntería’ junto a Cardi B, es el track más comercial de la placa y uno de los más exitosos hasta el momento. ‘La fuerte’, una nueva colaboración con Bizarrap, de a momentos suena notablemente similar a la antes mencionada Sesión #53 y no pudimos encontrar el valor que justifique su presencia en esta producción.
Temas como ‘Tiempo sin verte’ y ‘Cómo dónde y cuándo’ poseen una textura distintiva que nos recuerda la esencia de la antigua Shakira. Muchos creen que este sonido, de haberse extendido a lo largo de la placa, podría haber sido mejor recibido en el panorama actual de la industria, donde el género urbano ha perdido relevancia frente al auge del regional mexicano, el cual, a pesar de eso, no logra convencer a ciertas audiencias de Latinoamérica, especialmente la Sudamericana.
Y hablando del género regional, si bien Shakira se ha caracterizado por su increíble elasticidad para mantenerse vigente y adaptarse a los cambios de la industria, sus dos incursiones en la música regional, como son: ‘(entre paréntesis)’ con el Grupo Frontera y la previamente lanzada ‘El Jefe’, junto a Fuerza Regida, suenan, a nuestro entender, un poco ‘forzadas’.
Por último, los cortes ‘Nassau’ y ‘última’ son las dos composiciones que parecieran representar, de forma más verdadera, el ADN musical actual de la colombiana.
La sensación es que más allá de la sesión #53, casi ninguno de estos nuevos temas tiene la posibilidad de convertirse en uno de esos clásicos atemporales de la colombiana. Seguramente sus discos duros contienen otras composiciones creadas a lo largo de estos siete años, que fueron relegadas por la necesidad de Shakira de exorcizar sus demonios, nacidos a raíz de su ruptura amorosa.
Por eso, aunque esta mujer ya no llora y esté facturando más de lo que muchos de nosotros veremos en toda una vida, creemos que el verdadero gran disco, aquel que todos esperábamos de la sudamericana, no es este, sino el que vendrá después de este.