¿Por qué tantos artistas están vendiendo sus catálogos musicales?

No vamos a aburrirte con un montón de números y estadísticas, pero creemos que la  estampida de músicos que en los últimos años ha salido a vender sus obras más queridas tiene un trasfondo súper interesante, que vale la pena que conozcas.

El primero en ponerle precio a su música fue la leyenda americana Bob Dylan, quien vendió el 100 % de su catálogo, que incluye más o menos 600 canciones, por alrededor de $350 millones de dólares. ¿Nada mal, no?

¿Pero quién compra esta música y por qué?

En el caso de Dylan, sus derechos fueron adquiridos por Universal Music. Esto les permite, como nuevos dueños, comercializar el uso de dichos temas. De esta manera, el flamante nuevo dueño no solo recupera su inversión, sino que se asegura una ganancia constante que en muchos casos incluso puede crecer con el correr de los años. Sobre todo cuando se trata de temas clásicos o de temas que se conviertan en clásicos con el paso del tiempo.

Shakira también

En el caso de la colombiana, si bien no se dio a conocer el valor de la compra, el acreedor de un repertorio suyo( integrado por 145 temas), ha sido Hipgnosis Songs Fund, una compañía británica de inversión en propiedad intelectual de música

Un tema como ‘Hips don’t lie’ (2005), continúa sonando en radios y plataformas como Spotify, (en donde cuenta con más de 1,200 millones de reproducciones). La inversión les garantiza a sus actuales dueños una entrada de dinero constante que seguramente se mantendrá por muchos años más.

El Viejo Young

Otro artista que cambió sus canciones por un cheque de Hipgnosis Song Fund, fue el legendario músico Neil Young, quien vendió la mitad de sus obras de toda una vida por un acuerdo estimado en 150 millones de dólares. 

Aprovechando un Video Viral

Mientras tanto, los integrantes de la banda Fleetwood Mac, a la que, si eres muy joven, tal vez hayas conocido por el video viral de Nathan Apodaca, quien usó uno de sus temas, llamado “Dreams” para grabarse en TikTok, mientras rodaba sobre su patineta, también se deshicieron de parte de su catálogo.

¿Pero por qué los músicos prefieren vender?

La primera razón tiene que ver con el hecho de que desde la existencia de plataformas como Spotify los artistas pueden obtener datos concretos de las transmisiones y descargas de cada tema, haciendo que sea más fácil calcular el valor de un catálogo musical. 

La segunda razón, tiene que ver con la posibilidad de repartir dinero a sus herederos en lugar de dejarles complicadísimos derechos de autor, que siempre pueden acarrear problemas legales o incluso disputas entre quienes reciben dicha herencia.

En conclusión

Estos grandes grupos de inversores que compran dichos catálogos saben que la música de grandes artistas nunca pierde su valor. Estos nombres icónicos de la industria, con éxitos legendarios, seguirán formando parte de nuestras listas de reproducción, y ese es un negocio que tiene que ‘sonar’ muy bien, en los oídos de cualquiera. 

Estamos Oyendo Menos Música Nueva y Estos Son Los Motivos

Luminate, una compañía estadounidense encargada de crear estadísticas y analizar datos relacionados al consumo dentro del entretenimiento, realizó, en colaboración con Billboard, su más reciente reporte con algunos datos verdaderamente interesantes.

A Más Música, Menos Nueva

El consumo general de música aumentó un 11,3 %, al igual que la venta de discos de vinilo, que continúa subiendo. Sin embargo, se encontraron con la sorpresa de que, el consumo de música nueva, pareciera estar en declive.

Demás está decir que la pandemia produjo comportamientos poco habituales en nosotros, que seguramente han afectado estos números considerablemente, pero las estadísticas no engañan, y según este reporte, el consumo de música nueva, es decir, lanzada hace menos de 18 meses, está disminuyendo.

Dos de los Culpables

Lo cierto es que la aplicación TikTok y las bocinas inteligentes podrían ser los primeros “culpables” de esta rareza. Desde que Nathan Apodaca, se hiciera viral en 2020, corriendo su skateboard y tomando jugo de arándano al ritmo del tema “Dreams”, grabado en 1977 por la banda Fleetwood Mac, los usuarios de dicha aplicación han resucitado un gran número de temas lanzados en décadas pasadas.

Por otra parte, el auge de las bocinas inteligentes como Alexa, nos ha llevado a reproducir más música vieja, ya que resulta mucho más simple decir: “Alexa, toca el disco Pies Descalzos de Shakira, que recordar el título del último tema de, por ejemplo, C. Tangana.

Desde Luego…

Esto no quita que músicos como él o Bad Bunny continúen rompiéndola y batiendo récords de ventas a diestra y siniestra, pero lo cierto es que el consumo de música nueva cayó casi un 4%, mientras que la de catálogo subió casi un 20. 

The Return

Buena prueba de esto es el hecho de que, por primera vez en la historia, el formato vintage de discos de vinilo, haya superado en ventas al de CD, con un impresionante aumento de más del 50% con respecto a años anteriores.

¡Arriba los Oldies!

Otro detalle interesante es que los oyentes de estaciones de radio convencionales están envejeciendo, y no están siendo reemplazados por generaciones más jóvenes, como solía suceder. Esto ha llevado a que dichas estaciones se enfoquen en rotar más temas clásicos o  fácilmente reconocibles, y a reducir el número de novedades musicales que puedan tentar a que sus oyentes a cambiar de lugar en el dial.

Otro Motivo

Por otro lado, el auge de la música urbana ha puesto tal sombra sobre el resto de los géneros, que aquellos que no gustan de dicha música, no encuentran suficientes opciones nuevas de salsa, merengue, rock o pop; por lo que terminan recurriendo a viejos éxitos de dichos géneros.

Reciclando Catálogos

Por último, esta revalorización de antiguos hits, ha hecho que muchas discográficas compraran los catálogos musicales de artistas como Shakira, Luis Fonsi y muchos otros, gastando más de 5000 millones de dólares. Esto permite a dichas discográficas, como nuevos dueños, comercializar el uso de estos temas, ya sea para publicidades de TV, películas, obras de teatro e infinidad de otros usos, reconectando a la gente con aquellos éxitos del pasado, y ganando nuevos fans que retroalimentarán esta tendencia.

Sin lugar a dudas, esto le juega en contra a aquellos nuevos talentos que intentan abrirse paso en la industria, pero lo cierto es que si hablamos de música que nunca habíamos oído antes, es nueva para nosotros… y ahí radica el problema.